Misao Fujimura
Es delicada la línea entre el cielo y la tierra…
La quietud de las edades,
todo lo valioso del mundo.
Una medida tan minúscula
aunque la pensamos grandiosa…
Sólo cinco partículas de pequeñez,
esta pequeña y silenciosa tierra
tan frágil y efímera.
Verás al final
que la filosofía de Horacio era un simple sueño
A decir verdad,
toda la creación
y los secretos de antaño
pueden ser dichos en un instante:
para entonces ya no están...
Ah, lo inefable,
las implacables preocupaciones,
el corazón roto e irresoluto;
todas las preguntas sin respuesta
serán resueltas con la muerte.
Ya nos balanceamos
sobre este acantilado tan alto;
tras corrompernos
mueren las inseguridades.
El fin es el principio,
rendirse es el saber.
Desesperación y desdicha
crecen siempre juntas.
La esperanza conocerá al desesperanzado
cuando ya no haya a dónde ir.
— Misao Fujimura (Julio de 1886 – 22 de Mayo de 1903)
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